En el anterior blog hablábamos sobre la importancia de conocer a tu cliente potencial. Si todavía no lo has leído, te recomiendo echarle un vistazo aquí antes de comenzar a definir el temario, ya que es algo fundamental para dar el resto de pasos correctamente y sin caerte.
Una vez sepas qué quieren tus clientes sabrás cual es tu oportunidad de mercado y habrá llegado la hora de definir tu temario. Te recomiendo comenzar con un solo curso ya que esto permitirá medir la satisfacción e implementar las mejoras pertinentes (que seguro que las hay) para los siguientes cursos. Vamos, trabajando según la conocida metodología Lean.
Cómo definir el temario
Para elegir el tema del primer curso te sugiero las siguientes ideas:
Realizar un curso genérico o introductorio.
Esta es una buena opción, ya que podría atraer a bastante gente que se apuntase a sucesivos cursos más especializados.
Por ejemplo, si se tratase de una escuela de programación web, se podría llamar “Programación desde 0” o algo similar, mientras los siguientes cursos podrían ser “Front-end”, “Back-end” o “Full-stack”.
Realizar una primera parte de una serie de cursos.
En este caso, tras el éxito de este primer curso serán los propios usuarios los que te pedirán que continúes tu formación por esa rama.
Por ejemplo, el nombre del primer curso podría ser “Primeros pasos en Photoshop”, mientras que el tema del siguiente curso podría ser “Photoshop nivel avanzado”.
Una vez hayas elegido cuál será el tema que abordarás en tu primer curso, es el momento de decidir qué contenido vas a incluir y cómo lo vas a organizar.
Cómo organizar el contenido de un curso
Lo más atractivo para los usuarios es un curso organizado de la siguiente manera:
- Organiza el curso entre 10 y 20 módulos. Siguiendo el ejemplo del curso de Photoshop, algunos nombres para estos módulos podrían ser “Primer contacto”, “Luces, sombras y color” o “Corrección de imperfecciones”.
- Divide los módulos en unidades, de manera que en cada unidad se aborde uno o pocos conceptos y no suponga una inversión de tiempo para el usuario.
- Prepara cursos de no más de 15-20 minutos. De esta manera será más fácil que tu alumno encuentre momentos en su día a día para consumir al menos una unidad y que quiera seguir viendo la siguiente sesión como si de una serie de Netflix se tratase.
- Decide si quieres tests y/o entrega de trabajos. En ese caso, decide en qué unidad y en qué consistirán.
Esto es lo más importante que debes conocer en relación a la estructuración del temario. Recuerda que la estructura del curso tiene bastante importancia para retener al usuario y que, el hecho de que acabe cursos que ya tiene comprados, influirá en que se anime a comprar nuevos cursos de tu escuela, así como a recomendarlos a otras personas.
Tener tu temario definido de esta manera, también te ayudará a saber en qué medios se debería apoyar tu escuela (pdfs, vídeos, podcasts, etc) y qué herramientas te serán necesarias.
En los próximos posts abordaremos la creación de estos materiales así como la estructuración del contenido dentro de cada unidad, es decir, la elaboración del guión. Mientras tanto, puedes empezar a poner en práctica todo lo que has aprendido aquí.